Un estándar es una norma o protocolo definido de facto o en forma regulada, para facilitar la interoperabilidad y/o integración entre sistemas
Un ejemplo claro de la necesidad del uso de estandards es el siguiente: En 1904, un enorme incendio se desató en la ciudad de Baltimore, Estados Unidos, convirtiendo un área de 80 cuadras en cenizas. Para ayudar a apagar el fuego, acudieron compañías de Nueva York, Filadelfia y Washington DC. Todo fue inútil: las mangueras no pudieron conectarse a la red de agua, pues los diámetros no coincidían con las tomas de los grifos. Como resultado, el incendio duró más de 30 horas y quemó unos 2.500 edificios. Esto hizo evidente la necesidad de creación de un estándar nacional para las mangueras, y la urgencia lo convirtió en realidad sólo en un año.
La estandarización es un requisito indispensable para lograr la interoperabilidad de los sistemas de atención, y la integración de los diferentes agentes que participan en el sector como laboratorios, clínicas, hospitales, farmacias, servicios de emergencias, entre otras).
El proceso de cuidar la salud de la población usa intensivamente información en sus diferentes actividades: en el momento de atender a un paciente, cuando se elabora un plan de salud, cuando se factura una atención médica, cuando se receta un medicamento, en las auditorias médicas, en el análisis epidemiológico entre muchos otros. En todos ellos, el común denominador es el registro de un grupo de datos clínicos básicos (síntomas o signos vitales, diagnóstico, exámenes complementarios, indicaciones de tratamiento,…). Su registro no estandarizado se ha constituido en una barrera para garantizar la buena atención y para generar las bases de conocimiento necesarias para la modernización del sector.
La optimización de procesos que se logra con la estandarización de las transacciones electrónicas es muy importante. Se pueden alcanzar reducciones de entre 15% a 45% como consecuencia de la disminución de los tiempos, la reducción de los dobles y triples registros, la disminución del uso de papel, de los errores médicos, de los exámenes duplicados, y de la oportunidad de la atención entre otras cosas.
Finalmente, la gestión de las condiciones sanitarias del país requiere de un registro estandarizado de las autorizaciones sanitarias, fiscalizaciones, servicios sanitarios, etc. De esta forma, la autoridad sanitaria puede contar con el apoyo necesario para el diseño de políticas sanitarias nacionales y regionales.
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